El ingenio Barahona inicio otra prometedora zafra el pasado día siete,  mostrando los resultados de las buenas condiciones del cultivo, transporte y la factoría, para aprovechar los fabulosos precios del azúcar, un cuadro muy bueno.
 
Tres días después un prestigioso diario digital  sureño, trae la infausta noticia del inicio de una zafra paralela, la de los incendios, 4, 800 toneladas de caña fueron quemadas por manos criminales. Esto llora ante la presencia de Dios.
 
Las anécdotas sobre los incendios de campos de cañas son muy disímiles, van desde las protestas partidarias, algunos seudo revolucionarios entendían que eliminando las riquezas quemaban la caña, derribaban al sistema capitalista.
 
Un hombre celoso, incomodo con su amada, descargaba su ira incendiando la caña.
 
Un funcionario interesado en el cargo de otro, otras veces  administradores, jefes de campo, superintendentes, mayordomos, capataces formaban una cadena de robos que dejaban de hacer uno y dos desyerbo, y tenían luego que quemar la caña, para que la mocha o la maquina la corte.
 
Las condiciones ambientales y de suelos, la fauna benéfica de lombrices, culebras, sapos, aves, cangrejos e hicoteas es destruida, este crimen ecológico no era delito, la ausencia de un marco legal lo impedía.
 
La conferencia sobre la tierra en 1992, la lucha contra la desertificación, el cambio climático y el protocolo de Kyoto convenios  internacionales, del cual nuestro país es signatario, que se convierten en leyes, junto a la ley 6400 crean el marco jurídico que sanciona los daños ambientales.
 
Los daños son tan grandes que la cachipa y las cenizas de los campos cañeros aumentan las enfermedades broncas pulmonares, los ataques de asma y vierten nubes de carbón desde Bombita hasta Neyba y Duvergé.
 
El ingenio Barahona y la administración compartida con el Estado Dominicano esperan producir  en esta zafra más de 70 mil toneladas métricas de azúcar, implicando cortar alrededor de 700 mil toneladas de caña. Siendo los restos de cogollos de un 15 a un 25 por ciento, alrededor de 154 mil toneladas de cogollos, más de 3 millones de quintales.
 
Suficiente para alimentar a razón de 50 libras diarias por cabeza de  vacuno, tendríamos un consumo de 18 mil doscientos cincuenta libras por cabeza, igual a 182.5 quintales, alimentaría 16 mil cuatrocientos treinta cabezas de reses, adicionando una ración de granolino, mas una porción de melaza, urea y sal podríamos producir  media libra por animal diario, igual a 29 mil quintales de carne por año.- Recordemos las pacas de sorgo que preparaba  el instituto algodonero en Enriquillo, el mismo ingenio suplía cogollos de caña , venían en épocas de sequía a buscarlo desde la Línea Noroeste , aquí en los Bateyes se criaban mas de 17 mil cabezas de chivos, ovejos, puercos, caballos, burros, bueyes y vacas.
 
Es hora de que autoridades municipales, rurales, legisladoras, nacionales, las religiones, partidos políticos y organizaciones comunitarias, el consocio azucarero central, paremos de cuajo la tendencia criminal de quemar la caña. -Recordemos que se exportara azúcar hacia Europa cuyo mercado  demanda la aplicación de políticas ambientales rígidas. Protejamos más de 30 millones de dólares, mil doscientos millones de pesos implicados en 70 mil toneladas métricas de azúcar y más de 7 millones de galones americanos de melazas. El gobierno dominicano tiene que coordinar con las comunidades e instituciones, el consorcio paralizar los incendios y reciclar el cogollo en la producción de carne y leche.