Por: DAVID VOLQUEZ | 8:23 PM

La historia de las presas hidroeléctricas y su construcción en nuestro país, ha sido regida por los deseos personales de los presidentes de turno; las necesidades nacionales poco cuentan.

A mediados de la década del 1950, el dictador Rafael L Trujillo, recibió las recomendaciones de técnicos del banco mundial sobre la importancia de las presas para agua potable, de riego y producción de energía.

Le presentaron los proyectos para construcción de las presas de Valdesia y de Taveras, sus ayudantes le recomendaron lo contrario y dando inicio a las faraónicas obras conocidas como la “Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre” hoy Centro de los Héroes, debilitando hasta esta fecha la fuerte economía dominicana, alimentando la vanidad de la sociedad y su maltrecho ego, por su descendencia de segunda, que se negaba a aceptar emocional y socialmente.

El Dr. Joaquín Balaguer, dos veces presidente en 1960 y luego en el consejo de Estado en 1961, así como el presidido por el licenciado Rafael Filiberto Bonnelly despreciaron la construcción de las presas hidroeléctricas privilegiaron las obras de relumbrón y el clientelismo político; la economía se deterioró emitiendo papeletas de 5 y 10 cheles.

El 15 de marzo fue aprobado, ratificado y publicado en la gaceta oficial numero 8744 del 17 de marzo el contrato con la Overseas, la aprobación por el Congreso, de un préstamo de 150 millones de dólares para hacer los estudios de electrificación de todo el país e iniciar la construcción de las presas de Tavera, Valdesia y el acueducto de la capital.

El ataque de sectores retardatarios y las manifestaciones de reafirmación cristianas bloquearon los desembolsos de este préstamo. Dicen que ´´Dios no desampara a sus hijos, entonces llegó un precio alto del azúcar, como sucede hoy y el Estado le puso un precio tope, a partir del cual los fondos generados iban a las arcas del Estado. Hoy los precios son altísimos y el Estado no se beneficia de estos. Los productores de azúcar son los importadores.

El 25 de septiembre de 1963 la unión de la oligarquía, la iglesia católica, los grandes comerciantes y los norteamericanos produjeron el fatídico golpe de Estado, contra este buen gobierno. Diez años después, Balaguer concluyó la presa de Tavera y 27 años después el acueducto Valdesia Santo Domingo.

La presa de Monte Grande, es la obra reguladora de las inundaciones que cubren hasta el 80% dé los terrenos de la hoya del lago Enriquillo.

El 23 de septiembre de 1998 sin previo aviso las inundaciones producidas por el huracán George fue de 10 mil 300 metros cúbicos por segundo, arrazó toda la Hoya, hoy obras hidráulicas, vías de comunicación y ecosistemas deteriorados, no han sido reparados. Unas 283 mil tareas inundadas y los productores pasando penurias.

La laguna Rincón, en Cabral, se ha sedimentado la mitad y sus 50 kilómetros cuadrados se desparraman con facilidad. La pesca prácticamente ha desaparecido.

Las cascadas de ecosistemas de la Hoya mueren. El río Yaque del Sur sedimentado y errático en su cauce en más de 60 kilómetros, serpentea amenazando los pueblos agua abajo. En el recodo entre Uvilla y el Jobo existe la amenaza real del río Yaque del Sur, tragedia que sedimentaría los 265 kilómetros cuadrados de la cuenca del lago Enriquillo, más la turbulencia que genera la diferencia de 15 metros de altura y el lago 45 metros bajo el nivel del mar, que esta el lago Enriquillo lo que trasladaría la primera al lago.

El presidente Leonel proclama la construcción en abril de 2008, antes de las elecciones, le roban las palas y no pueden sacar las tierras y el 26 de julio de 2010 en una ceremonia majestuosa da otro picazo, le esconden la pala para sacar la tierra. Esperamos ayudarle para sacar la tierra para la construcción de la presa de Monte Grande.

El PLD no debe cargar con el crimen ecológico que se vive en la Hoya del lago y que nos amenaza con hacernos desaparecer.

La presa Monte Grande es la obra que preserva y garantiza el desarrollo de nuestra región.

Reivindiquemos al profesor Juan Bosch 47 años después.