Oposición Leonel a bonos de producción alimentos lo pone  frente  países aliados
Su desafiante posición tiene que haber sorprendido a Brasil y otros países
Escrito por: EDUARDO ÁLVAREZ
El presidente dominicano ha pedido al   G20  prohibir las operaciones financieras con artículos alimenticios. Hablando en la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (CNUCED), en Ginebra,  sostiene que  tal restricción  alejaría  “el espectro de una nueva crisis del hambre como la que golpeó al mundo en 2008”.
Se presenta opuesto a lo que llama “transacciones abiertas electrónicas" en las que  los alimentos pasan a ser considerados como activos financieros.   “Esto repercute en forma muy negativa en el bienestar de los pueblos", dijo Fernández en la  presentación del Foro Económico Mundial (WEF), en Davos.
Los bonos soberanos para respaldar la producción agropecuaria constituyen un instrumento reservado a los países con economías saneadas, altamente competitivos y calificados moral, política y económicamente por países y organismos competentes, a saber, la Organización Mundial el Comercio  (OMC), Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros.  Republica Dominicana no aplica para entrar al mercado de valores como promotor de papeles financiero como estos, debido a sus calificaciones crediticia en el mercado mundial.
Suprimir  parte de estos bonos o limitar su uso y circulación afectaría seriamente a economías financiadas por este tipo de bonos  hasta en un 50%, Brasil, Chile y Argentina, entre ellos, sostienen expertos, de acuerdo a un trabajo publicado en el libro La imagen no lo es todo, de reciente publicación bajo la autoría de Eduardo Álvarez, periodista experto en comercio exterior.
Cita como ejemplo aprovechable los Certificados de Producción Rural (CPR),  instrumento utilizado en Brasil en  acción conjunta público-privada [PP] por el Estado y las cooperativas de productores de azúcar, soya y maíz. “Reglamentados el 22 de agosto de 1994 por la Ley 8929, son títulos mediante los cuales los productores rurales  brasileños,  agrupados en las cooperativas, venden anticipadamente sus cosechas, recibiendo anticipadamente el valor negociado hasta por 20 años. El acto de venta compromete la entrega   en puerto de Brasil, en la cantidad y la calidad acordadas para una fecha futura”, detalla el referido trabajo.